y las piernas la prolongación del corazón,
Santiago, Roma, Jerusalén. Qué más da!
cada cual ha de encontrar y recorrer
el camino que le lleve a uno mismo.
Diseña tu jornada, tu propio camino.
Camina cuando quieras y a tu ritmo.
Descansa solo si es preciso.
Agradece la sombra que te regala el árbol
y el asiento que te brinda la piedra.
Desnuda tus pies mientras descansas
para conectar con la tierra.
Acepta lo que el camino te ofrece.
¡E Ultreia! ¡Buen Camino!
LG
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